En 1985 Edward de Bono publicó un libro titulado “Seis sombreros para pensar”. En él desarrolló una técnica donde hay seis sombreros imaginarios, cada uno de un color diferente. Los participantes se ponen un sombrero y asumen el rol que el color indica, todos pueden usar el mismo sombrero todo el tiempo o irlos intercambiando. Este método propone que los temas respecto a tomar una decisión se atiendan uno por uno. Además, requiere que todos los participantes se concentren coordinadamente en el que está siendo estudiado.
Esta técnica ha sido usada en muchas organizaciones y en la página oficial del autor aún ofrecen talleres para aprenderla. Sin embargo, cuando hablamos de dejar que cada quien use su sombrero en una empresa, no nos referimos a esos sombreros para pensar.
Estamos hablando de otros sombreros
Cada una de las personas que trabaja en una empresa tiene un rol, un sombrero. Cada una fue contratada para desarrollar su papel y el gerente, dueño o líder de la organización no puede ponerse todos los sombreros. Eso sería como si el dueño del circo pretende vender las entradas, los poporopos, ser payaso, malabarista, músico, fotógrafo y quien limpia al final de la función.
En algunos negocios, particularmente en los pequeños, el propietario tiene muchas funciones. Situación que cambia conforme la empresa va creciendo porque debería ir delegando responsabilidades. Seguramente contratará personal para no tener que hacerlo todo, desde la contabilidad hasta la atención a clientes o proveedores.
Esta reflexión, junto a la idea de la técnica de los seis sombreros, está encaminada a hablar de los equipos y el balance que deben buscar. Un buen líder sabe pedirle a su equipo que desarrolle al máximo sus capacidades, sabe dejar que usen su sombrero.
En términos de Soichiro Honda, si contratas solo a personas que entiendes, la compañía nunca tendrá personas mejores que tú. Recuerda siempre que a menudo encuentras personas brillantes entre las que no te gustan demasiado.
Cada vez que el gerente o dueño hace el trabajo de un miembro de su personal, los está debilitando hasta el punto en que eventualmente tiene que ponerse el sombrero de ellos para sobrevivir.