Soy admirador de Sancho Panza. Y de Don Quijote, un poco menos.
Imaginá aguantar a un tipo que está enamorado de alguien que no existe y que la defiendie con su vida propia. Pero bueno, ese es el encanto de la historia. Si nunca la has leído, te la arruiné. Dulcinea del Toboso no existe.
Pero volviendo a Sancho… la escena de los molinos, la puedo imaginar perfectamente.
«¿Qué gigantes?» dice Sancho.
Me gusta imaginar que a de Cervantes, le hizo falta un emoji de esos con los ojitos para arriba a la par de la pregunta, que no es pregunta, que bien pudo haber sido «¿Qué gigantes viejo tonto?» Pero nunca se lo dijo así.
Tal vez por respeto, miedo, compasión, o por morbo de verlo estrellarse. (Inserte emoji de risas aquí)
Soy admirador de Sancho porque guarda silencio en momentos como este. Es prudente. Algo que no soy.
Y ahora regresando al título, o sea, «los sueños».
Sabemos cuál es el sueño de Don Quijote, pero realmente nunca supe el de Sancho.
Me gusta imaginar que es: ayudar a otros. De allí su esencia de ser un buen compañero prudente.
En este anuncio, vemos una excelente metáfora de los sueños.
En este anuncio de TV, podés oír en la voz de Frank (Si. ése Frank) cantando»El sueño imposible», canción del musical de 1965 «El hombre de la mancha» y ves a un tipo de bigotes y armadura moderna hacer un viaje sobre vehículos impulsados o hechos por tecnología de Honda. (Su Sancho)
Por cierto, «El poder de los sueños» es el slogan global de la marca y su esencia descrita por ellos mismos es: «Queremos ser un buen compañero».
¿El sueño de Sancho?
El publicista que unió todos estos códigos es brillante. Lo admiro.
Por cierto admiro menos a Don Quijote que a Sancho Panza, por creo que resulta mas fácil ser el héroe.
Ser un «Sancho», si que ha de ser difícil.